
La osteoartritis (OA) es una enfermedad caracterizada por la degradación progresiva del cartílago articular y su matriz extracelular, pero también incluye alteraciones negativas en las estructuras sinoviales, hueso subcondral, tendones, ligamentos y músculos circundantes a la articulación afectada. Distintas articulaciones pueden desarrollar OA, con mayor prevalencia en rodilla, cadera y muñeca.
El ejercicio físico regular, parece promover beneficios importantes que atenúan y/o retrasan la degeneración del cartílago articular y mejoran varios de los factores que impulsan el daño en los tejidos articulares, incluidos la inflamación exacerbada manifestada en el aumento de la expresión de IL-1beta (interleuquina 1beta), IL-6 (interleuquina 6) y TNFalfa (factor de necrosis tumoral alfa) y la producción de proteínas impulsoras de degradación del tejido como las metaloproteinasas de matriz (MMP-2).
Todo esto permite una mejora de la estabilización de la articulación, disminución de la debilidad muscular subyacente, la calidad de vida, capacidad funcional y atenuación del dolor relacionado con la OA.
La magnitud de la eficacia de diferentes modalidades de ejercicio debe investigarse mucho más, junto con los mecanismos beneficiosos del ejercicio en la OA en humanos, sin embargo, varias modalidades de entrenamiento pueden proporcionar efectos positivos, entre ellos el entrenamiento aeróbico, de fuerza, del equilibrio e incluso yoga y tai-chi, los cuales por supuesto deben ser programados de manera adecuada e individualizada.
Algo que es importante recalcar, es que el fortalecimiento de la musculatura que rodea a la articulación afectada es clave en el tratamiento de la OA, pero también en la prevención. En ese sentido, una reciente revisión sistemática que incluyó 11 estudios con 46.819 participantes de ambos sexos, estudió la asociación entre la debilidad de la musculatura extensora de la rodilla y la aparición de osteoartritis de rodilla sintomática y radiográfica.
Aunque los estudios observacionales fueron de moderada-baja calidad, se encontró que la debilidad en esta musculatura, puede ser un factor que aumenta el riesgo de aparición de esta enfermedad que principalmente afecta la estructura del cartílago articular, y produce dolor e incapacidad física.
Esto indica que las estrategias que promueven la mejora de la fuerza en la musculatura extensora de la rodilla, pueden permitir una mejor estabilización de la articulación, lo cual puede reducir el desgaste de las estructuras cartilaginosas, al tiempo que el entrenamiento regimentado, puede mejorar el perfil inflamatorio, lo que en conjunto puede traducirse en un riesgo reducido de osteoartritis.
Aunque los estudios de asociación mo permiten hallar causalidad, estos datos son importantes para allanar el camino de la comprensión sobre las contribuciones del ejercicio y la mejora de la fuerza en la osteoartritis. En suma, el ejercicio parece ser imprescindible tanto en la prevención como en el tratamiento de la OA de rodilla.
Zeng, C. Y., Zhang, Z. R., Tang, Z. M., & Hua, F. Z. (2021). Benefits and Mechanisms of Exercise Training for Knee Osteoarthritis. Frontiers in physiology, 12, 794062. https://doi.org/10.3389/fphys.2021.794062
Øiestad, B. E., Juhl, C. B., Culvenor, A. G., Berg, B., & Thorlund, J. B. (2022). Knee extensor muscle weakness is a risk factor for the development of knee osteoarthritis: an updated systematic review and meta-analysis including 46 819 men and women. British journal of sports medicine, 56(6), 349–355. https://doi.org/10.1136/bjsports-2021-104861





